El ICATMAR tiene como objetivo principal ofrecer un servicio de predicción oceanográfica adaptado a las necesidades de la sociedad.

En Cataluña, aproximadamente el 63 % de la población se concentra en las comarcas costeras. Una buena parte de nuestras actividades económicas y socioculturales están vinculadas al mar, como la pesca profesional, el transporte marítimo de mercancías, los deportes náuticos, la pesca recreativa o el turismo relacionado con el mar. Sin embargo, a menudo leemos titulares con noticias como la del pescador que hace unos meses se perdió en el mar cerca de Arenys de Mar, o sobre vertidos contaminantes de buques de carga, o la llegada masiva de medusas y otros organismos a la deriva a las playas. Para hacernos una idea, solo en 2024, el servicio de emergencias de Salvamento Marítimo recibió más de 900 alertas procedentes de la costa catalana.
Es en este contexto donde se desarrollan las actividades del Servicio de Oceanografía Operacional del ICATMAR. Uno de sus principales objetivos es ofrecer a las administraciones, profesionales del mar y al público en general un servicio de predicción oceanográfica acorde con las necesidades de la sociedad. En este sentido, el ICATMAR desarrollará próximamente las capacidades necesarias para ofrecer información que permita respuestas rápidas y fiables en situaciones de emergencia. Además, proporcionará herramientas para mejorar la planificación de actividades que se realizan en el ámbito marino.

Por otro lado, de forma análoga a como ocurre con los servicios de predicción meteorológica, el desarrollo de un sistema de predicción de estas características requiere una infraestructura de adquisición de datos en tiempo real (observaciones del estado del mar), que sea estable y con buena cobertura espacial. Asimismo, se desarrollarán modelos numéricos que simulen la circulación marina y que incluyan la información obtenida mediante la asimilación en tiempo real de los datos procedentes de los instrumentos de observación.
En el contexto del despliegue de la infraestructura de observaciones en la costa catalana, a finales de 2024 se instalaron las dos últimas antenas que completan la red de radares de Alta Frecuencia (AF) del ICATMAR. A día de hoy, la red ya cuenta con siete antenas operativas, ubicadas estratégicamente en distintas localidades costeras: Cap de Creus, Cap sa Sal (Begur), Tossa de Mar, Arenys de Mar, Puerto de Barcelona, Port Ginesta y Segur de Calafell. De esta forma, el ICATMAR puede monitorizar las corrientes costeras con una resolución de 3 x 3 km, una precisión sin precedentes en el territorio. Como resultado de estos esfuerzos, se ha obtenido por primera vez una “instantánea” detallada de las corrientes a lo largo de 200 km de costa catalana y hasta unos 60 km mar adentro.
Radares costeros de Alta Frecuencia
Pero, ¿cómo se obtienen los mapas de corrientes a partir de los datos recopilados por las antenas?

Las antenas de la red combinan funciones de emisión y recepción. Funcionan emitiendo pulsos de ondas electromagnéticas de frecuencia conocida (13,5 MHz, en este caso) en todas las direcciones. Estas ondas son dispersadas por las irregularidades de las olas en la superficie del mar y se reflejan, de manera que parte del eco regresa a la antena emisora. Dado que el mar no es estático, sino que se encuentra en movimiento debido a las corrientes marinas, la señal reflejada sufre una pequeña variación de frecuencia por el efecto Doppler, al igual que nuestro oído percibe el cambio de tono de una sirena de ambulancia al acercarse o alejarse. Es a partir de esa ligera variación respecto a la frecuencia emitida que se obtiene información sobre la velocidad a la que se mueve el mar.
Sin embargo, una sola antena solo puede detectar la proyección de la corriente total sobre su línea de visión, por lo que la información obtenida es parcial. Para reconstruir la corriente total, es necesario contar con al menos dos antenas midiendo simultáneamente una misma zona. Por eso, el despliegue de la red de radares AF del ICATMAR se diseñó garantizando el mayor solapamiento posible entre las áreas de cobertura de las distintas antenas. De este modo, se puede obtener información precisa y casi en tiempo real de las corrientes marinas a lo largo de la costa catalana.

Autoría: Lucía Quirós-Collazos